Más allá de la Astrología

Más allá de la Astrología

Como es arriba es abajo

A veces no se comprende, cómo es que en la astrología se considera que las constelaciones de la eclíptica representan animales y algunas figuras humanas, y que ¿cómo puede ser así y luego se aprecie que existen esas influencias en la tierra…?. Rápidamente se abandona el interés por comprender esto, porque resulta descabellado. Si en algo nos interesa el conocimiento astrológico, preferimos obviar estas reflexiones e ir a lo práctico.

Pero todo resulta interesante cuando se amplía la conciencia sobre estas extrañas ciencias o artes: el zodiaco fue antes, y los seres que se “criaron” bajo esas constelaciones, se fueron conformando a semejanza de esas configuraciones astrales; de alguna manera, como si ellas “proyectaran” no sólo su influencia sobre los acontecimientos y sucesos por medio de sus ciclos, si no también dando forma a los seres; y por eso se dice “como es arriba es abajo”. Es decir que la forma que vemos en la materia, tiene un microchip estelar que coincide en información con ese ente material o cosa que se desenvuelve en la Tierra.

Es una hipótesis… sólo por rondar estas ideas, que nos resuenan cuando vamos comprendiendo la mente arquetípica de nuestra realidad terrenal. Y también muchas veces un cierto aroma poético nos conduce a visiones que ciertas o no, tienden puentes a conectarnos con el espíritu.

Como la energía sigue al pensamiento, podríamos entender que las configuraciones que forman los astros, son pensamientos que crean formas, y como si se tratara de una partitura, pueden leerse esos pensamientos gigantescos del cielo si se replican en un Mapa. Es la máquina del tiempo dando forma a las cosas y proyectando la película. Desde esa perspectiva, no existe libre albedrío… lo siento. La carencia de libre albedrío vendría dada por el hecho de estar dentro de una máquina que es exacta en sus procesos, medible, cuantificable, que es “previsible”… y el cosmos lo es: se puede saber exactamente donde estará cada estrella dentro de cien años, y un sinfín de parámetros exactos ¡así como los del pasado lejano con minutos y segundos! ¿Y entonces?.

Estamos hablando de que hay un ADN terrenal, dado por la configuración básica del universo, que siendo como es, nos ha hecho a su imagen y semejanza. La única solución para salvar esta situación tan comprometida de falta de libertad, sería comprender muy bien cómo es el funcionamiento de esa máquina y ver qué puede hacerse para conducir nosotros. Claro… ¿cómo hacer esto, si es la máquina quien se pregunta eso? ¿…o no?. Quizá ese es el punto de inflexión que produjo la necesidad antigua de conocerse uno mismo, y ejercitarse en observar la propia vida, la mecanicidad propia.

Cuando estamos consultando nuestros Temas Natales, estamos haciendo eso, conociéndonos. Hay cualidades de líder, maternales, sensibilidad artística, capacidades prácticas, intelectuales, pasión, valor, timidez… hay de todo, y las personas tienden a sentirse muy alagadas de comprender que no eran figuraciones suyas que ellos son como son; viene un mapa del tesoro y les cuenta dónde está ubicado todo… ¡todo!. A veces los consultantes se conforman con saber eso; como si fueras a hacerte una fotografía y al verla dijeras “¡existo!”. A veces no quieres romper el hechizo diciéndoles que es de todo eso que exploramos en su Carta, de lo que se tienen que despojar, desapegar, lidiar con ello y de alguna manera vencerlo de forma heroica. Aunque lo que sí entiende todo el mundo y reconforta es que se dan cuenta de que hay que iluminarlo; integrarlo a tal modo, que dé igual cualquier configuración astrológica presente, que den igual qué casas en qué signos o qué cuadraturas o qué trígonos estén sucediendo; que la presencia sea tal, que el sistema reluce constantemente (y esto sería el verdadero significado de “ser una estrella”, lograr esa alquimia).

Ese es el mejor objetivo que puede encontrarse en la astrología. Aunque hacerse una foto (mientras se inicia ese largo camino de consciencia) tampoco está mal para empezar y más si la foto además puede llegar a decirte los posibles frutos futuros también, y eso es lo que ha hecho, casi diría majestuosamente, la Astrología clásica durante tantos siglos.

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