El «idioma» en Astrología
La diferencia entre un idioma y un lenguaje es, que el idioma contiene un valor creativo de quien lo utiliza.
El lenguaje es un filtro que depende de la elaboración del hablante o comunicador que desarrolla un idioma propio o de un grupo con un enfoque determinado.
El lenguaje de la Astrología está compuesto o basado en los elementos que componen la Carta Astral: el Zodiaco, los Planetas, las distancias entre objetos de la carta que se interpreta (Aspectos), las Casas, Estrellas fijas, los puntos intersectoriales que conforman Nodos, Partes Arábigas, y otros que no son físicos pero son muy influyentes en el conjunto, como sucede con el Ascendente. Todo ello representa un vocabulario.
Articulando a unos con otros se conforman palabras, frases y descripciones de todo tipo. Es como si cada Carta fuera un texto con su mensaje específico. Al contener en realidad símbolos y geometría, la posibilidad de adentrarse en múltiples significados es infinita. Todo eso conlleva una capacidad de emplearlo como un lenguaje, de la misma forma que sucede con la poesía. Sólo que la Astrología puede ser mucho más específica, y no es finalmente sólo una exposición del inconsciente y la creatividad del artista, como en un poema. Se acercaría más a la forma en que un músico puede interpretar una partitura que no ha escrito él. En el caso de la Astrología, «la partitura» es ese Mapa de cómo estaban interrelacionados en un momento dado el cielo y la tierra en un lugar y momento preciso.
El lenguaje de la Astrología se representa con símbolos y esto convierte a la interpretación en un cierto ejercicio subjetivo. Los astrólogos vamos a ofrecer una lectura o interpretación exitosa dependiendo de nuestra capacidad de síntesis y también de la cultura y valores, de nuestras creencias (con qué enfoque miramos la vida y la espiritualidad). Si el astrólogo no se conoce bien a sí mismo podría proyectar hacia el tema consultado cosas que él o ella no tenga resueltas consigo mismo. Por eso es recomendable que los astrólogos se conozcan muy bien y tengan un amplio bagaje vital o un enfoque sano cultural y psicológicamente. No es preciso que lo tenga todo resuelto en la vida, pero sí que sepa aquellas cosas de sí misma o sí mismo que está elaborando y en camino de superar en su vida. Puede ser un intérprete de hechos y circunstancias que nunca vivió pero que comprende en la naturaleza de la vida y del más allá, gracias al orden cristalino que ofrece el lenguaje astrológico; es capaz de detectar con facilidad hacia dónde se dirigen acontecimientos o de dónde proceden (arquetípicamente) sucesos o maneras de ser; también reconoce el estado de Conciencia de sus consultantes; los astrólogos por su desarrollo artístico y técnico, van elaborando su propio «idioma», casi siempre basándose en los enfoque de las diversas escuelas o ramas de la Astrología: Médica, Kármica, Evolutiva, Clásica, etc. Podríamos decir que estos son distintos idiomas dentro del lenguaje astrológico. Es una forma de verlo y abordar «qué es la Astrología», dentro de un contexto cultural general, que sitúa a quienes no saben en qué consiste y discuten sobre su valía técnica, cuando no científica.